CRISIS del ANTIGUO RÉGIMEN (1808-1833)

Texto académico de evaluación continua
Historia Política y Social Contemporánea de España
(Grado de Ciencia Política y de la Administración -UNED).
La primera mitad del siglo XIX se caracteriza por la construcción del Estado liberal español, primero con empuje y luego con ciertos retrocesos por la aparición de tres procesos que dificultan la transición del Antiguo Régimen en una sociedad de mercado, capitalista y moderna: 

(a) La ocupación por parte de las tropas francesas que generó un levantamiento, una guerra y una revolución; 

(b) La reacción absolutista que vino después; y

(c) Movimiento de emancipación de las colonias americanas que a corto plazo conducirá a la pérdida de un Imperio y a la progresiva reducción de la emergente nación española a la Península.

Guerra de Independencia (1808-1814). Las abdicaciones de Bayona traen consigo un Movimiento de Resistencia Popular (con el que emerge un nuevo sujeto político) y una constitución inédita: la Constitución de Bayona, bajo la cual se amparaba la nueva monarquía absolutista de José Bonaparte (José I). Su ilegitimidad social conllevó la creación y organización de un Orden Popular Revolucionario que, después obligar la huida a José I, fue disuelto para la restitución del hermano de Napoleón de la mano de la Grande Armeé. Tras la pérdida de Andalucía, en una Cádiz defendida por la flota británica, reaparece la Junta Central Suprema y Gubernativa que, perdiendo prestigio con las derrotas militares, da pie a un periodo de regencia, en el que las Cortes de Cádiz abren el camino hacia la Constitución de 1812 (como norma fundamental de carácter liberal que pretende dejar atrás el absolutismo del Antiguo Régimen). El final de la Guerra de Independencia con la ayuda británica de Wellington, conlleva la abdicación de José I y el restablecimiento de Fernando VII.

Fusilamientos del 2 de Mayo 1808 pintado por Francisco de Goya en 1814,
también conocido como La Carga de los Mamelucos en la Puerta del Sol 

Periodo Absolutista (1814-1820). La restauración de Fernando VII trae consigo la vuelta del Antiguo Régimen absolutista, con la derogación de la Constitución de 1812 y la restitución de privilegios (Nobleza, Clero y Mesta). Con una economía paralizada y en crisis, el mantenimiento del Imperio Ultramarino se hacía imposible. Se hace necesaria una drástica reforma que debía afectar justamente a los conspiradores que restauraron el absolutismo. Los ejércitos sirvieron de caldo de cultivo para los descontentos. Entre conspiraciones y pronunciamientos varios, consigue tener éxito el de Rafael del Riego, cambio con el que se restablece la Constitución de 1812.

Fernando VII de Borbón el deseado (1784-1833), hijo de Carlos IV y María Luisa de Parma,
a quienes destronó con ocasión del Motín de Aranjuez

Trienio Liberal (1820-1823). Los liberales tejen lo destejidos por Fernando VII y restauran la Constitución de 1812 mediante un gobierno moderado (doceañistas) que abordan una importante Obra Transformadora, con el rechazo absolutista. Siendo Fernando VII incapaz de impulsar una segunda restauración, se producen dos crisis de gobierno a causa de la escisión de los liberales en dos facciones (exaltados y doceañistas), cada una de las cuales domina una determinada parcela del poder político y social:. En este entorno y por acuerdo de la Santa Alianza, los 100.000 Hijos de San Luis traen consigo la restauración de Fernando VII.

Década Ominosa (1823-1833). Restableciendo el Antiguo Régimen Absolutista, Fernando VII deroga la Constitución de 1812y arbitra unas instituciones destinadas a la represión de lo liberal: Regencia del Duque del Infantado con Consejos de Ministros, Juntas de Depuración y Juntas de Fe. La catastrófica situación económica obliga a la aplicación del Principio de Racionalidad Administrativa, mientras liberales y absolutista se dividen en facciones: los primeros en exaltados (futuros progresistas) y doceañistas (futuros moderados, junto con los moderados absolutistas), mientras que los segundos se dividen en apostólicos (futuros carlistas) y moderados (futuros moderados, junto con los doceañistas). Fernando VII promulgó la Pragmática sanción que, derogando la Ley Sálica, permitía el acceso de su hija Isabel al trono, cerrando la puerta a su hermano Carlos. Se abría la puerta a un problema sucesorio que daría pie a un pleito dinástico y a una Guerra Civil.

REGENCIAS DE ISABEL II (1833-1843)

Regencia de María Cristina (1833-1840). El restablecimiento del Antiguo Régimen absolutista con la regencia de María Cristina se caracterizó, después de un gobierno absolutista-reformista de Cea Bermúdez, por su alianza con los liberales (coincidiendo con el inicio de la Guerra Carlista). Durante el gobierno progresista de Martínez de la Rosa, quien partió  del supuesto de encontrar una vía media entre absolutismo y revolución (libertad con orden) se promulgó el Estatuto Real (con un poder legislativo compartido entre la Corona y las Cortes). En el contexto de la Guerra Carlista (1833-1839) y después del gobierno moderado del Conde de Toreno, accede al gobierno Mendizábal quien lleva a cabo su proceso de Desamortización, con una estructura social caracterizada por una emergente y una clase popular urbana (constituida en Guardia Nacional). La estructura política se caracteriza por la polarización entre progresistas (antiguos liberales exaltados) y moderados (antiguos liberales moderados o doceañistas más antiguos absolutistas moderados). Con el moderado Istúriz en el gobierno, se producen los Sucesos de la Granja, después de los cuales María Cristina se ve forzada a reinstaurar la Constitución de 1812. Con el progresista José María de Calatrava el gobierno (y convencido que la Constitución de 1812 estaba fundamentada en una “nación toda ella pueblo” y la situación actual era una “nación-clase”) se promulga la Constitución de 1837, una constitución antidemocrática por estar el poder legislativo en unas Cortes altamente mediatizadas por la Corona y existir un sufragio censitario. Con el fin de la Guerra Carlista, cierra este periodo, un gobierno del Partido Moderado, el cual elimina algunas libertades progresistas ya alcanzadas (en especial la Ley Municipal).

Isabel II de Borbón (1830-1904) la de los Tristes Destinos Reina de España entre 1833 y 1868

Regencia de Espartero (1840-1843). Espartero (general del bando cristino durante la Guerra Carlista) presiona a María Cristina para que no apoye la nueva legislación promovida por los moderados. Al no lograrlo comienza un movimiento insurreccional que, provocando el exilio de María Cristina, le lleva a autonombrarse regente. Espartero lidera la Revolución Liberal-Progresista y, después de unas elecciones es confirmado como regente. Acopiando todo el poder posible, Espartero genera malestar tanto del partido moderado, como de los líderes civiles del progresismo. Como resultado en 1843 se produce el pronunciamiento moderado de Narváez que depone a Espartero y nombra a Isabel II mayor de edad (con 13 años).

Baldomero Espartero (1793-1879) General Cristino en la Primera Guerra Carlista y Regente de 1840 a 1843
durante la minoría de edad de Isabel II

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