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TRABAJO POLÍTICO EN EQUIPO: Los 6 Perfiles de Colaborador que SUMAN y RESTAN en el TALENTO POLÍTICO GRUPAL

Es evidente que cualquier líder político gestiona y desarrolla equipos de trabajo: de campaña durante los periodos electorales y de gobierno/oposición durante las legislaturas. De su competencia para hacerlo, dependerá en buena medida la cantidad y calidad de los desempeños y logros alcanzados por el conjunto del equipo de trabajo. Del modo en cómo el director de la orquesta dirija a sus partes componentes, así sonará el sumatorio de las voces del coro que la conforma. De forma esquemática y sobre una reciente aportación de Jessica Hagy en Forbes, puede decirse que son seis los perfiles de colaborador@s que deberá gestionar y desarrollar cualquier líder político que gestione un equipo de trabajo y pretenda su desarrollo y crecimeinto:


Veamos sintéticamente el perfil conductual de cada unos de ellos.


(#1) El actor político que representa la VOZ de la INSPIRACIÓN. Se trata de un colaborador enérgico y entusiasta que prueba, comprueba, instiga, empuja, proactiva y provoca que sucedan las cosas. Situado entre los que se preguntan ¿Y si...? y los que se cuestionan ¿Por qué no...?, este tipo de persona acciona y con ello, genera resultados individuales y, muy posiblemente, sinergias grupales. La incidencia de este primer tipo de colaborador sobre la gestión y desarrollo del Talento Político Grupal (conforme a nuestro Modelo de Desarrollo del Talento Político -BeOK©) es sobre la dimensión del SABER HACER: la energía y entusiasmo que emite y transmite al equipo de trabajo, sin duda, constituye el primer paso necesario (aunque no suficiente) para acercar el rendimiento grupal a la excelencia.


(#2) El actor político que representa la VOZ de la MOTIVACIÓN. Se trata de un colaborador cuya ecuación emocional de valores en el equipo de trabajo y su líder viene determinado por dos vectores que se retroalimentan mutuamente: su creencia en el líder y los miembros del equipo y el apoyo que, justamente por ello, les brinda. Este paradigma interpretativo de la realidad del equipo de trabajo al que pertenece se sustenta en la su creencia que ni el líder ni el equipo de trabajo le defraudarán. Así pues, se trata de una persona que contagia ánimo y cohesiona a los miembros del grupo. De acuerdo con nuestro Modelo de Desarrollo del Talento Político -BeOK©, este segundo tipo de colaborador influye prioritariamente sobre la dimensión del QUERER HACER: la vinculación o engagement de este tipo de colaborador con respecto al resto del equipo de trabajo, sin duda, refuerza (sumando en positivo) el componente volitivo del conjunto de integrantes del equipo de trabajo. 


(#3) El actor político que representa la VOZ de la RAZÓN. Se trata de un colaborador que, desde la obligada incredulidad de un buen abogado del diablo, formula las preguntas que nadie quiere escuchar, esas que son difíciles de responder y prevé los problemas antes de que surjan. Promovidos por la seguridad y enemigos de la incertidumbre, aportan al equipo político de trabajo la visión intermedia entre la conciencia y los problemas, es decir, proporcionan los cimientos para erigir una estrategia sólida. La principal incidencia de este tercer tipo de colaborador sobre la gestión y desarrollo del Talento Político Grupal es sobre la dimensión del SABER MANTENER: la visión analítica, enfocada en la certidumbre, prudente y precavida que inyecta al equipo de trabajo, sin duda, constituye un inmejorable factor de mantenimiento de los resultados logrados. 


(#4) El actor político que representa la VOZ de la PROGRESO. Se trata de un colaborador que presenta la voz fuerte y beligerante del grupo atendiendo a las demandas y tareas. No importa como se está o qué se quiere sino qué se tiene que hacer. Administrando los momentos, se asegura del cumplimiento de plazos y logros de objetivos. Precavido, realista y asumiendo el rol de capataz, focaliza la atención en las circunstancias que pueden convertirse en problemas. Este tipo de colaborador influye prioritariamente sobre la dimensión del SABER OBTENER: su visión pragmática centrada en la tarea y focalizada en resultados, sin duda, permite al equipo de trabajo ir logrando progresivos hitos de desarrollo y logro. 


(#5) El actor político que representa la VOZ de la COOPERACIÓN y la COMUNIDAD. Se trata de un colaborador que ayuda al equipo a encontrar nuevas vías y aliados. No importa tanto qué se tiene que hacer como el con quién se puede hacer. Orientado y focalizado en el exterior, a lo que está fuera del equipo, se trata de una pieza clave en todo equipo por cuanto permite el acceso y alcance de audiencias inicialmente no potenciales. Siendo un auténtico link social, su ecuación de desempeño dentro del equipo de trabajo viene determinado por dos vectores que se retroalimentan mutuamente: el volumen de objetivos planteables y la audiencia alcanzable. Los primeros dependen de la segunda. De acuerdo con nuestro Modelo de Desarrollo del Talento Político -BeOK©, este quinto tipo de colaborador influye prioritariamente sobre la dimensión del PODER HACER porque su rol de networker abre las puertas del equipo de trabajo para acceder a un importante conjunto de recursos sociales y conectividad profesional.  


(#6) Por último, el actor político que representa la VOZ de la AUTORIDAD. Tratándose de un colaborador cuya guía de comportamiento es la ejemplaridad, asume un rol de mentor para el resto de los integrantes del equipo político de trabajo y por tanto, deviene en un patrón de conducta a seguir y emular. Siendo esto así y para potenciar las funciones del líder político facilitador, será de vital importancia que este colaborador sienta orgullo de pertenencia al equipo de trabajo.  Este último tipo de colaborador influye prioritariamente sobre la dimensión del SABER SER y SABER ESTAR: su visión ética del comportamiento, añadida a la estética de su comportamiento, permitirá una óptima adaptación (individual y colectiva) a los entornos de trabajo en los que tenga que operar el equipo político de trabajo.